Desorden de página, renglones rotos, grafía temblorosa y angulosa, son solo algunos problemas comunes por los que muchos padres preocupados por la escritura de sus hijos acuden a la grafoterapia.
La escritura es un aspecto primordial en el rendimiento escolar, de hecho en muchas ocasiones no se ponen cartas en el asunto hasta que la profesora no lo pone de manifiesto o en ocasiones los exámenes pueden dejar de ser evaluados por esta contingencia.
Si tenemos en cuenta que la escritura es producto de un proceso mental, toma especial relevancia la psique del niño, su desarrollo personal, es decir que si se le atosiga con ejercicios de manera indiscriminada para que mejore la letra pero sin que le digan cómo debe de realizarlos, a los problemas de motricidad fina se le puede añadir la frustración.
En estas ocasiones los ejercicios a realizar no pueden ser estándar sino que tienen que ser específicos de forma que se haga mayor énfasis en las dificultades del niño.
De este modo la labor será doble, no solo se conseguirá una mejora en la grafía del alumno sino que se conseguirá un desarrollo personal adecuado, pues como se ha explicado ambas van de la mano.
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